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Prepárate para la temporada más intensa del año con estrategias simples para organizar inventario, personal y experiencia sin caer en el caos navideño.
La Navidad llena mesas, aumenta la demanda y exige más coordinación que nunca. Con la preparación correcta, tu restaurante puede transformar el caos en oportunidad. Aquí tienes estrategias prácticas para organizar inventario, personal, combos, ambientación y rotación sin morir en el intento.
La Navidad es una bendición para las ventas, pero también una prueba de fuego para la operación. Mesas llenas, familias completas, más pedidos para llevar y proveedores saturados convierten diciembre en un desafío que muchos restaurantes no preparan a tiempo. Con una buena planificación, puedes transformar la temporada alta en tu mes más rentable del año.

Controlar el inventario es clave para no quedarte corto en los momentos críticos.
Revisa qué productos se vendieron más el año pasado, aumenta existencias de tus top sellers y coordina entregas escalonadas con tus proveedores. Tener una lista de ingredientes críticos que se revisa diariamente evita compras de emergencia que cuestan más y generan estrés.
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Organizar al equipo es igual de importante.
No se trata de contratar más personas, sino de programar horarios inteligentes y roles claros. Los turnos escalonados funcionan muy bien en diciembre porque equilibran la carga de trabajo. El cross-training, donde cada colaborador domina más de una función, permite sobrevivir a picos de demanda sin caos.
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Ofertas especiales:
Navidad también es el momento ideal para ofrecer combos y ediciones especiales. La clave es que sean simples de ejecutar y rentables. Packs familiares, postres temáticos, bebidas especiales y versiones premium de tus platos más vendidos ayudan a subir el ticket promedio sin complicar la cocina.
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La ambientación navideña debe acompañar, no estorbar. Una playlist cálida, luces suaves por la tarde y uno o dos detalles decorativos pueden elevar la percepción del cliente sin afectar la operación. Evita adornos grandes que interrumpan el flujo del salón o compliquen el servicio.
En diciembre, las sobremesas suelen ser más largas y los grupos más grandes. Para mantener el ritmo, ten mesas pre-montadas, define zonas rápidas para parejas o clientes solos y facilita el pago. Agilizar la salida sin que el cliente lo sienta ayuda a mejorar la rotación y la experiencia.
El delivery y el take-out requieren planificación especial porque explotan en Navidad. Asigna un espacio exclusivo para armar pedidos, implementa un doble chequeo para evitar errores y prioriza platos que mantengan calidad al viajar. Si tu delivery falla en diciembre, se nota el resto del año.
Identifica también los días críticos del mes: 15, 20, 23, 24 y 31 de diciembre. Para esas fechas, reduce menú, anticipa mise en place y asigna un responsable del flujo. Tener un líder claro evita confusiones y mantiene la operación bajo control.
La tecnología también puede marcar la diferencia en temporada alta. Automatizar parte del proceso, como la toma de pedidos o los pagos, permite que el equipo se enfoque en recibir bien, mantener orden y resolver imprevistos. En Wibo creemos que la tecnología no reemplaza la hospitalidad, la potencia. Un autoservicio bien implementado reduce estrés operativo y permite que tu equipo brille incluso en el mes más intenso del año.